Como es habitual en mis sueños, era de noche y volaba por las calles de mi pueblo. -Normalmente cuando tengo este tipo de sueños, mi “yo voladora” trata de sobrevolar lo más alto que pueda para evitar ser vista-
Sin embargo, esta vez no era así. Después de haberme quizás metido en problemas y haber acabado con un capitulo anterior del sueño para darle inicio a este, me encontraba caminando por el parque principal, había muchos soldados, quizás 10 de ellos; La sensación que tenía al verlos era la de una niña que quería mofarse haciendo una travesura y demostrarles que era más lista. Así que despegué mis pies del suelo, y ante la mirada atónita de todos empecé a volar mientras me retiraba muy feliz.
Al alejarme algunos 30 metros del lugar, noté que perdía un poco el control, pero no me preocupaba en lo absoluto… descendí un poco sin tocar el suelo y empecé a maniobrar mi cuerpo en el aire, como asiendo figuras serpenteantes. – Me sorprendí en ese momento, porque era consiente de que estaba soñando y que en ninguno de los sueños anteriores hacia tales figuras con mi cuerpo- Movía mis manos como si del vuelo de un pájaro se tratara y me acercaba y alejaba del suelo con la cabeza en dirección al mismo.
Quise que mi cabeza dejara de apuntar hacia abajo pero no podía conseguirlo, de un momento a otro, me percaté de que mi cuerpo se encontraba cerca; estaba en lo que sería una habitación al descubierto al lado de la calle donde me encontraba.
En ese momento pensé – vaya, estoy soñando y por primera vez puedo verme. Al principio sentí un poco de temor, pero después me dije a mi misma que no debía temer.
Así que me acerque; mi “Yo Voladora” ya no era de carne y hueso, aunque conservaba la forma, era traslucida y de un sutil azul iridiscente. – Esta parte del sueño es un poco confusa, pero de alguna forma descubrí que mientras mi cuerpo yacía desnudo en aquella habitación, cada vez que mi “Yo Voladora” se iba acercando, mi cuerpo inerte y desprovisto de lo que sería mi alma, iba imitando mis movimientos.
Aquello me emocionó y empecé a sonreír, miraba desde arriba a varios centímetros, como mi cuerpo sonreía a mi par y me dije: Si soy capaz de que sonría de la misma manera en que lo hago ahora, puedo lograr también que se levante. Lo intente en varias ocasiones, pero a duras penas conseguí que cambiara de posición. - aquello me estaba frustrando.
En algún momento decidí que debía estar muchísimo más cerca, incluso estar en contacto – Pero claro, si estaba en contacto con mi cuerpo mi alma otra vez se quedaría dentro y no iba a poder seguir jugando; por lo menos eso pensaba y la idea no me alentaba mucho.
Sin embargo, decidí hacerlo, convencida de que sí ese era mi sueño yo podía llevar el control de todo. Mis manos se unieron con las manos de mi cuerpo y poco a poco me dejé caer sobre él … una vez la unión se dio completamente, seguíamos siendo dos. – aunque mi alma ya estaba en mi cuerpo ella seguía llevando el mando.
Nos incorporamos y una vez mi cuerpo se halló sentado al borde de la cama, mi alma; esta vez de carne y hueso, contempló su obra y se extasió.
Me miré a mí misma risueña y me dije que por primera vez podía ver mi cuerpo de pie tal y como era, sin empequeñecerlo (en mi vida real fuera de mis sueños, no tengo plena conciencia del sobrepeso que tengo, hasta que me veo en fotos. Sin embargo, tengo la sensación de que la imagen que me devuelven las fotos no es la real y por tanto siempre miro mujeres de mi talla aproximadamente y me pregunto si así luzco realmente.) Por tanto esa era mi oportunidad de verme en 3D y alucinaba. Por fin podía ver la forma real de mi cuerpo. Así que mi “yo volador” que se encontraba de pie frente a mi cuerpo, le tendió la mano, ella aún seguía sentado al borde de la cama y la ayudó a levantarse.
Fue una total sorpresa cuando descubrí que aquel cuerpo desnudo era distinto al mío, era mucho más esbelto, de hecho; era mi cuerpo de cuando tenía 18, caderas anchas, cintura pequeña y muslos hermosos. – fue tan excitante verme en ese momento.
Me dije a mi que quizás era una proyección de lo que quería volver a ser y que no lo rechazaría, pensaba mientras contemplaba mi cuerpo, que no quería despertar, no deseaba despertar.
Volvió a pedirle que se sentara en la cama, con una sonrisa asintió y volvió a sentarse.
Me puse de rodillas frente a ella, me sentía excitada, vibrante, dichosa… Tomé con firmeza sus rodillas y lentamente las fui separando hasta que su vagina quedó expuesta. – Era mi vagina sin duda.
Ella me observaba con una mirada picara y juguetona, bajaba su mirada y apuntaba en dirección a su ****, como invitándome a jugar.
Yo extasiada totalmente, detallaba su vagina; tan rosada, tan carnosa, tan tersa, tan apetecible, tan impoluta…
Acerque mi cara a su **** y lentamente pase mi lengua de abajo hacia arriba con sutileza, pero asegurándome de presionar lo suficiente para empapar mi lengua de sus jugos. Su **** respondió al instante y al unísono el mío. Una corriente de jugos bajo por mi pierna y de nuevo saboree su **** y note como sus pezones morenos endurecían. – pensé; no quiero que acabe.
La lamí de nuevo, mientras ambas nos contorneábamos de placer, un placer embriagador, como ningún otro que haya sentido jamás.
Entonces, desperté…