No abro los ojos, no recuerdo hacerlo, miro hacia el techo y aun recostado recuerdo el paquete de mustang sobre la mesa a mi derecha, giro la vista en un movimiento reflejo, intento estirar la mano, y es entonces, en donde descubro la inmovilidad de todo el cuerpo, un cuerpo que no parece ser mío, aunque viste mis ropas y guarda mis proporciones, no es mas que un gigante trozo de carne muerta, que solo puede eso, estar muerta, esa carne no responde a ninguna orden de mi cerebro, comienzo el desesperado intento por el control, con una fuerza inútil trato de dominar mis piernas, pero no sucede nada, miro todo de manera desenfrenada, al mismo tiempo que recuerdo a mi tía en el cuarto del lado, pero tanpoco logro gritar, de repente, la sensación es distinta, me invade de manera progresiva, una paz a la que en un principio me niego, pero que va llenando lentamente el trozo de carne muerta antes inmóvil, asumo el calor como síntoma de recuperación, miro lo que mis ojos alcanzan de mis piernas en busca de algo, alguna pista, tal vez el color que debe tener este calor y al concentrarme, lo veo, es transparente pero puedo verlo, hay esta, como una especie de velo blanco que no me toca, no es extraño para mi, ni siquiera cuestiono la ridícula escena, pierdo la tensión, el miedo y espero a que la luz del velo invada el resto de mis extremidades pero se detiene, justo en la cintura, al mismo tiempo que levanta lentamente mis dos pernas en sincronía lenta y perfecta de la cama, como si estuviesen amarradas a una rampa invisible que las eleva en movimientos pendulares. Respiro, siento como una bocanada de aire llena mis pulmones y de pronto las piernas se sueltan de la rampa y con ellas todo el cuerpo se desprende de la cama para elevarse hasta donde el techo lo permite.

Analizo la situación y no parece nada extraña, de pronto, recuerdo que esto es normal, que no es la primera ves que me encuentro en estas circunstancias, que esto que pasa ahora es frecuente y con la tranquilidad que me proporciona recordarlo, me decido a volar hacia donde tengo que estar, traspaso el techo de mi cuarto con solo pensarlo, pero mi cuerpo se queda adentro, y eso no es extraño nada lo es, ni siquiera el hecho de no tener un cuerpo y ser una especie de energía voladora. ya tengo una ruta habitual y una cita que no puede esperar, comienza el viaje, veo todos los tejados de mi barrio, no me importa ver a Adrian aproximarse a mi casa, no intento llamar su atención yo se que el no me vería, siempre camina mirando hacia el suelo como si buscara algo y este día no seria la excepción, el es tan racional, tan lógico que sí me escuchara gritar solo me buscaría en la tierra, y no se apresuraría en hacerlo , sigo mi rumbo hacia el norte, voy a una velocidad tan impresionante que dejo de ver con claridad el suelo o los edificios y árboles que traspaso sin dificultad. Escucho un timbre, me detengo, ahora estoy muy lejos de mi cuarto, ¿como puedo escuchar este sonido? y ¿reconocerlo como el timbre de mi casa?. Lo siguiente que veo es la puerta de mi cuarto abierta, entonces, tomo conciencia de mi, de mi cuerpo nuevamente estoy en el, me muevo a mi voluntad otra ves, estoy despierto, ¿acaso no lo estaba antes? escucho nuevamente el timbre, esto me distrae y dejo de preguntarme lo que paso mientras corro a la puerta para atender el llamado.